Insistimos en la conceptualización del espacio: Elegancia y glamur traducida en la verticalidad de la instalación, los colores monocromos (negro y blanco) y la repetición de elementos con un ritmo constante. Materia prima y confección traducida en los materiales naturales de las cuerdas, los tejidos con gráfica aplicada y el pavimento.

La puesta en escena homenajea el "menos es más", que el mismo Balenciaga proclamaba, generando un ambiente pulcro, silencioso y luminoso, inspirado por las mismas casas de Balenciaga de la época. Paralelamente, pone acento al detalle y dignifica el trabajo de taller.

La cuerda natural resulta un elemento esencial, que permite tanto separar como unificar y que enlaza todo el recorrido. Los soportes y vitrinas tienden a desaparecer para mostrar únicamente los sombreros que "flotan" en el espacio.